domingo, 3 de octubre de 2010

¿No a los Diputados y Senadores Plurinominales?

Ahora que ya pasamos el Bicentenario, el Informe y nos preparamos para la recta final del año, en el Congreso y los medios, se comienza a hablar de las llamadas Reformas que podrían o deberían discutirse en este periodo de sesiones en el Congreso de la Unión (cabe señalar que la prensa y la opinión pública en general se encuentra en tal grado de desencanto que ya no esperan “Reformas Estructurales” ya sólo se esperan “Reformas”)

Y aunque para mi no es la Reforma que más necesita el país, si es tal vez, la única que tiene posibilidades de realizarse antes de fin de año, me refiero a la Reforma del Estado. Ya en el congreso hay varias propuestas, una de ellas, la enviada por el Ejecutivo Federal, es para mi gusto, la más completa. En este post no quiero meterme a los detalles de todo lo que la Reforma del Estado debería de ser, sino que quiero enfocarme en un pequeño punto que parece ser el ejemplo perfecto.

Una Reforma del Estado pasa sin duda por la composición del Congreso. Hay un grupo muy grande de mexicanos (casi 3 millones) que se han unido en una cruzada en contra de los Diputados y Senadores Plurinominales, pero, ¿Eliminar a los Plurinominales realmente es lo que el País necesita?.

Se ha dicho que los elegidos a través del sistema de representación proporcional no representan a los ciudadanos sino a los Partidos, más aun, que estos no son elegidos por la ciudadanía, sino por los Partidos. Esto es una verdad a medias, si bien la ciudadanía no vota directamente por estos Diputados y Senadores, si lo hace de manera indirecta, y es una mentira el afirmar que estas personas son desconocidas por la ciudadanía en la elecciones (los nombres de todos los candidatos Plurinominales aparecen al reverso de las boletas, muy probablemente nadie las lee, pero la información existe). Pensar en un País sin Plurinominales es pensar en un País de mayorías y no de minorías (En Estados Unidos, la totalidad del Congreso es elegida por mayoría relativa y esto ha llevado a la concentración del poder en 2 Partidos Políticos, en España por el contrario la totalidad de los Diputados son Plurinominales).

Más importante aun es señalar que un México sin Plurinominales no es una idea nueva, sino que es el sistema que México tenía hasta los años 70’s y fue gracias a la representación proporcional que el País logró caminar a la alternancia en el poder de manera pacífica. Se dice que si se tienen Plurinominales, estos no pueden ser llamados a cuentas por los ciudadanos, pues no son elegidos directamente por ellos, pero, si lo reflexionamos más a fondo, esto es también valido para aquellos elegidos bajo el principio de mayoría relativa, pues al final de su periodo no existe ningún incentivo para que un Diputado o un Senador haya desempeñado bien su trabajo (al no existir la reelección, absolutamente todos los políticos están supeditados a los Partidos y no a los ciudadanos)

Se dice también que la existencia de los Plurinominales limita la capacidad del ejecutivo para realizar acuerdos y obtener mayorías y por lo tanto esto limita la gobernabilidad. En un sistema sin Plurinominales ciertamente habría Partidos que obtendrían mayorías, esto ciertamente ayudaría a la gobernabilidad, aunque basados en la experiencia Mexicana de los últimos años, garantizaría un Presidente de la República de un Partido contrarío a aquel que controlaría el congreso y en la práctica esto se traduciría en un Presidente sin capacidad de impulsar sus Reformas.

Con estos ejemplos sencillos lo que intento decir es que desde mi punto de vista un buen sistema político es aquel que representa a los ciudadanos, a todos y no sólo a las mayorías, por lo tanto, estoy en contra de la desaparición de los Plurinominales, creo pues, que debemos de dar al actual sistema las herramientas para hacer a todos responsables de sus actos y sobre todo darle las herramientas al electorado para castigar o premiar a los políticos. En lugar de eliminar a los Plurinominales, impulsemos la reelección de todos los puestos. De esta manera los políticos y sus chambas dependerán de los ciudadanos y no de los Partidos.

Como nota cultural, México es el único País del mundo en el cual se tiene un sistema mixto (Mayoría Relativa y Plurinominales) en el que los representantes se eligen por medio de boleta única (esto es gracias a una reforma reciente, ya que en los 80’s en nuestro País como en el resto del mundo elegíamos a los representantes de mayoría relativa y aquellos de representación proporcional con boletas diferentes, así los ciudadanos también “eligen” a los Plurinominales).

Así pues, los invito a analizar bien el país que desean tener y si creen que la solución es la eliminación de los Plurinominales, sigan adelante, sino pues informa a la gente a tu alrededor y ayúdame a apoyar aquellas Reformas que si nos harán una mejor Nación, no aquellas que nos regresarán a lo que tanto nos costo cambiar.

Investiga, infórmate, crea tu propia opinión y divulga, sólo así haremos de México un mejor país, va por ti, va por mi, va por México.

Notas:
Hoy se hay elecciones en Basil, país al que hay que aprenderle mucho y que no hace mucho tiempo intentaba imitarnos, sólo para reflexionar; Brasil permite la inversión privada nacional y extranjera en las empresas estatales, las candidaturas independientes y la creación de Partidos Políticos son muy sencillas, gracias a esto Brasil goza de una enorme pluralidad política. Brasil, en años recientes ha tenido que crear leyes impositivas para detener el enorme flujo de inversiones extranjeras en el País… envidia de la buena.

Esta semana también supimos de más Presidentes Municipales que fueron asesinados, el último resultó que lo mataron por un pleito por unos terrenos, 12 mil dólares pagaron a los asesinos… que poco vale la vida en nuestro País, ¿y la Reforma Judicial?...

Finalmente, se le ha prohibido a AMLO el continuar haciéndose promoción en los tiempos que deberían de ser usados para promocionar al PT… no comparto la visión de País de AMLO, pero el seguir limitando la libertad de expresión sólo limita nuestra democracia…

¿Qué tal durmió? MDCCCXCVII (1897)